En un movimiento que promete transformar la vida de miles de venezolanos en el país, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha promulgado un decreto que establece una amnistía migratoria y un proceso extraordinario de regularización para los ciudadanos venezolanos y sus familias que se encuentran en situación irregular en el territorio ecuatoriano. Esta medida, que entra en vigor por un período de ocho meses, busca facilitar la integración legal y social de estos inmigrantes, respondiendo a las crecientes tensiones políticas y sociales en Venezuela tras las recientes elecciones presidenciales.
El decreto, conocido como el Decreto 370, permite a los venezolanos en situación irregular acceder a la Visa de Residencia Temporal de Excepción (VIRTE II), la cual es válida por dos años y puede ser renovada por otros dos, ofreciendo así hasta cuatro años de residencia legal. Este proceso no solo exime de multas a quienes posean el Certificado de Permanencia Migratoria sino que también facilita la obtención de documentos de identidad ecuatorianos, como la cédula, para aquellos que cumplan con los requisitos establecidos.
La iniciativa se enmarca en un contexto de creciente migración desde Venezuela, impulsada por la crisis económica y política que atraviesa el país. Según datos de ACNUR, más de 7.7 millones de venezolanos han abandonado su país, buscando refugio y nuevas oportunidades en naciones vecinas y más allá. Ecuador, con esta medida, se posiciona como un país que no solo recibe a estos migrantes sino que también les ofrece un camino hacia la regularización y, por ende, hacia una mayor integración y estabilidad.
El presidente Noboa ha defendido esta política como parte de un compromiso con los derechos humanos y la inclusión, alineándose con la Constitución ecuatoriana que prohíbe considerar a ninguna persona como "ilegal" en su territorio. "Esta amnistía no solo es una medida humanitaria sino también una estrategia para fortalecer nuestra sociedad con la contribución de aquellos que buscan un nuevo comienzo", declaró Noboa en una reciente conferencia de prensa.
La medida ha sido recibida con entusiasmo por la comunidad venezolana en Ecuador, quienes ven en ella una oportunidad para salir de la informalidad y acceder a derechos laborales, educativos y de salud. Sin embargo, también ha generado debate sobre las implicaciones económicas y sociales de una integración masiva de inmigrantes en un corto período.
Esta acción de Ecuador se suma a una serie de posiciones regionales que han cuestionado la legitimidad de las recientes elecciones en Venezuela, marcando un interés no solo en la política interna sino también en la situación humanitaria que impulsa a tantos a buscar refugio fuera de sus fronteras.